DE CAL ROSAL A LA AMETLLA DE CASSERRES
El punto de partida de la travesía, la colonia Rosal, ya es bastante significativo y representativo de lo que encontraremos durante la ruta. La fábrica, su elemento central, ya estaba en pleno funcionamiento a finales del s. XIX (1874) y, poco a poco, se construyeron diferentes edificios y servicios como la iglesia, el convento, el cine, el teatro, y, en 1887, llegó el tren. Cal Rosal fue la colonia industrial del Berguedà más antigua (fundada en 1858), la más productiva y la que llegó a contar con más trabajadores: entre los años 1950 y 1970, eran más de 1.200, la mayoría de los cuales vivían . A partir de la década de los setenta, se fue reduciendo la población y la plantilla hasta que, finalmente, la fábrica, adquirida en subasta y gestionada desde 1987 por los propios trabajadores, se clausuró cinco años después (1992) provocando una fuerte conmoción en la comarca. Fue una constatación del declive irreversible de la industria textil, uno de los dos motores tradicionales, junto con la minería, de la economía berguedana. Como curiosidad, cabe mencionar que actualmente en el convento está la asociación cultural Konvent.
Por la orilla occidental del río, y antes de llegar a la siguiente colonia, encontramos la iglesia de Sant Vicenç d’Obiols, joya del románico berguedano fechada antes del año 888. Es un edificio de una sola nave con un campanario de espadaña de dos ojos. Conserva una necrópolis con tumbas en el interior y en el exterior del templo. Un par de kilómetros más adelante, se accede a la colonia de la Plana. La fábrica, activa desde finales del s. XIX, enseguida se nutrió a su alrededor de viviendas para sus trabajadores. Con más de 700 habitantes, fue una de las colonias más pobladas del Berguedà y contaba con numerosos servicios como escuela, teatro, café, estanco, mercería, tienda de comestibles, barbería y campo de fútbol. La fábrica cerró puertas en 1963, aunque hubo un paréntesis entre 1985 y 1999 en que vuelve a funcionar hasta que un incendio la destruyó definitivamente. La Plana ejemplifica la transformación que a veces se ha dado en este sector industrial: el espacio de la antigua colonia textil hoy está ocupado por empresas dedicadas al sector agroalimentario, el reciclaje y la mecánica. Se continúa a mediodía y se pasa junto al canal y la fábrica de la Ametlla de Casserres, donde disfrutamos de su paseo presidido por la iglesia, peculiar edificio de estilo neogótico de una sola nave y capillas laterales. La Ametlla de Casserres, también conocida como colonia Monegal, nació al abrigo de un antiguo molino de harina. En 1900, la fábrica ya disponía de las secciones de hilatura y tejido y contaba con 300 trabajadores. Muchos años después, al terminar la actividad productiva de la fábrica (1966), la proximidad y la estrecha relación de la colonia con Gironella, a diferencia de otros núcleos fabriles más aislados y alejados, evitó su despoblación, ya que muchos pisos fueron adquiridos por los antiguos inquilinos para continuar residiendo.