RUTA DE LES COLONIAS

UN RECORRIDO POR LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL CATALANA
A TRAVÉS DEL LLOBREGAT

Crónica escrita por CARLES CLARACO y publicada en la revista VÈRTEX número 285
La alta cuenca del río Llobregat acogió la concentración de colonias textiles más grande de Europa a partir de la segunda mitad del siglo XIX. El sendero PR C-144 es una amalgama de paisajes, arquitectura e historia en torno a la revolución industrial catalana y a través de las regiones fluviales del Berguedà y el norte del Bages.
Hubo una época que la alta cuenca del río Llobregat acogió la concentración de colonias textiles más grande de Europa: en un tramo de 32 km, se construyeron 18 a partir de la segunda mitad del siglo XIX. La Ruta de las Colonias, señalizada como PR C-144 -marcas de pintura blancas y amarillas- y que discurre entre Cal Rosal y Balsareny por un bello entorno natural de vegetación de ribera siempre siguiendo el curso del Llobregat, permite contemplar algunas de las más destacadas como la emblemática colonia Vidal, que cuenta con un completo museo divulgativo de la antigua industrialización del Berguedà y el norte del Bages, y la de Viladomiu Nou, donde encontramos la Torre de l’Amo, buen ejemplo visitable de la ostentación y lujo de las viviendas de los propietarios. El itinerario, descrito de N a S y que forma parte del GR del Llobregat, muestra también puntos de interés de tiempos más remotos como las iglesias románicas de Sant Vicenç d’Obiols y de Sant Esteve, el castillo de Balsareny y la acequia de Manresa, una extraordinaria obra hidráulica de origen medieval precursora del posterior aprovechamiento mecanizado de las aguas del Llobregat. La presencia de patos reales y garzas cerca del río y las panorámicas pirenaicas que se vislumbran en el norte son otros alicientes y motivos para decidirse definitivamente a hacer esta magnífica travesía, que puede dividirse en dos jornadas de trayecto similar haciendo noche en Puig-reig.

Es este, pues, un recorrido por la historia de la industria textil del norte del Llobregat, uno de los pilares tradicionales de su economía en el pasado junto con la minería berguedana, que se desarrolló exitosamente gracias a vencer la dependencia del carbón, a su conectividad ferroviaria con Barcelona, contar con terrenos baratos, exenciones fiscales y atraer empresarios catalanes con ganas de hacer negocio (Ruido de telares, ruidos de dinero!) que querían evitar las continuas revueltas obreras de la época (s. XIX) a las zonas urbanas y, al mismo tiempo, pagar sueldos inferiores a sus empleados, sobre todo a mujeres y a niños. Y es que no hay que olvidar las duras condiciones laborales que sufrían sus trabajadores, tanto en esta parte del territorio como, principalmente, en las próximas cuencas del Ter y del Cardener. Huelgas y movilizaciones generales, sobre todo a finales del s. XIX, como las que se produjeron en las colonias de Cal Metre, Viladomiu Vell, Cal Casas, Cal Pons y la Ametlla de Merola denunciaban las jornadas maratonianas que los obreros de estas y del resto de fábricas textiles catalanas de la época tenían que soportar y la total desregulación laboral del sector que provocaba su permanente indefensión. La posterior implantación tácita del llamado modelo social del paternalismo, basado en que el dueño proporcionaba bienes y servicios a sus trabajadores -los beneficios de los que a menudo le repercutían directamente, ya que era el propietario- a cambio de su obediencia y que no se rompiera la «paz social», hizo disminuir la conflictividad laboral hasta la crisis definitiva del sector en los años ochenta de la pasada centuria.
El Llobregat a su paso por Monistrol de Montserrat (© Wikipedia)

DE CAL ROSAL A LA AMETLLA DE CASSERRES

El punto de partida de la travesía, la colonia Rosal, ya es bastante significativo y representativo de lo que encontraremos durante la ruta. La fábrica, su elemento central, ya estaba en pleno funcionamiento a finales del s. XIX (1874) y, poco a poco, se construyeron diferentes edificios y servicios como la iglesia, el convento, el cine, el teatro, y, en 1887, llegó el tren. Cal Rosal fue la colonia industrial del Berguedà más antigua (fundada en 1858), la más productiva y la que llegó a contar con más trabajadores: entre los años 1950 y 1970, eran más de 1.200, la mayoría de los cuales vivían . A partir de la década de los setenta, se fue reduciendo la población y la plantilla hasta que, finalmente, la fábrica, adquirida en subasta y gestionada desde 1987 por los propios trabajadores, se clausuró cinco años después (1992) provocando una fuerte conmoción en la comarca. Fue una constatación del declive irreversible de la industria textil, uno de los dos motores tradicionales, junto con la minería, de la economía berguedana. Como curiosidad, cabe mencionar que actualmente en el convento está la asociación cultural Konvent.

Por la orilla occidental del río, y antes de llegar a la siguiente colonia, encontramos la iglesia de Sant Vicenç d’Obiols, joya del románico berguedano fechada antes del año 888. Es un edificio de una sola nave con un campanario de espadaña de dos ojos. Conserva una necrópolis con tumbas en el interior y en el exterior del templo. Un par de kilómetros más adelante, se accede a la colonia de la Plana. La fábrica, activa desde finales del s. XIX, enseguida se nutrió a su alrededor de viviendas para sus trabajadores. Con más de 700 habitantes, fue una de las colonias más pobladas del Berguedà y contaba con numerosos servicios como escuela, teatro, café, estanco, mercería, tienda de comestibles, barbería y campo de fútbol. La fábrica cerró puertas en 1963, aunque hubo un paréntesis entre 1985 y 1999 en que vuelve a funcionar hasta que un incendio la destruyó definitivamente. La Plana ejemplifica la transformación que a veces se ha dado en este sector industrial: el espacio de la antigua colonia textil hoy está ocupado por empresas dedicadas al sector agroalimentario, el reciclaje y la mecánica. Se continúa a mediodía y se pasa junto al canal y la fábrica de la Ametlla de Casserres, donde disfrutamos de su paseo presidido por la iglesia, peculiar edificio de estilo neogótico de una sola nave y capillas laterales. La Ametlla de Casserres, también conocida como colonia Monegal, nació al abrigo de un antiguo molino de harina. En 1900, la fábrica ya disponía de las secciones de hilatura y tejido y contaba con 300 trabajadores. Muchos años después, al terminar la actividad productiva de la fábrica (1966), la proximidad y la estrecha relación de la colonia con Gironella, a diferencia de otros núcleos fabriles más aislados y alejados, evitó su despoblación, ya que muchos pisos fueron adquiridos por los antiguos inquilinos para continuar residiendo.
Cal Rosal a mediados del siglo XX (© Consorci del Parc Fluvial del Llobregat)
Vista aérea de Cal Rosal (© Wikipedia)

DE GIRONELLA A PUIG-REIG

Seguimos por la pista, cruzamos por debajo la autovía C-16, llegamos al área recreativa de la Font del Balç y, a continuación, entramos en Gironella. Se cruza el Llobregat por un puente y, ahora por su orilla oriental, se bordea el perímetro de la colonia de Cal Metre, que, excepcionalmente, con el tiempo, acabó incorporándose al núcleo urbano de la villa, por lo que nunca desarrolló servicios y equipamientos propios. Junto al puente Viejo, se deja el encumbrado casco antiguo de Gironella, donde destacan los restos del castillo medieval (s. XIII) y la iglesia Vella de Santa Eulàlia, y se sale de la población por un camino que discurre entre chopos y campos por un entorno verde y frondoso. Se bordea la esclusa de Viladomiu Vell. El crecimiento de esta colonia se inició a partir de la entrada en funcionamiento de la fábrica en 1871 y, en pocos años, se convirtió en una de las colonias del Llobregat con más servicios y equipamientos para los trabajadores. Como tantas otras colonias, a partir de los años 70 disminuyó la producción y acabó bajando las persianas a finales de los ochenta. Sin embargo, algunos vecinos se quedaron a vivir y, actualmente, Viladomiu Vell cuenta con unos 140 habitantes.
Gironella
Un poco más abajo, también se deja a la derecha (O) la esclusa de la colonia Viladomiu Nou, que nació como una ampliación de la de Viladomiu Vell. En 1880 se empezó a construir la fábrica, en 1900 la Torre de l’Amo, antigua sede del desaparecido Consorci del Parc Fluvial del Llobregat que recibe visitas concertadas para grupos, y en 1905 se inauguró la iglesia. La crisis del textil afectó a la colonia sobre todo a partir de 1982 hasta que se clausuró la fábrica en 1991. Sin embargo, la colonia, como su hermana de Viladomiu Vell, no se abandonó y hoy los pisos siguen ocupados, mayoritariamente por antiguos trabajadores, y hay actividad en la fábrica. Se cruza el Llobregat por una palanca y, por una carretera flanqueada por plataneros, accedemos a la colonia del Guixaró. La fábrica, construida a finales del s. XIX (1889), contaba desde el inicio -como la de Cal Vidal con una turbina para transformar la fuerza del agua en energía mecánica y una máquina de vapor, que se empleaba en caso de escaso caudal del río . A partir del año 1929, se ampliaron los pisos de los trabajadores, se construyó la carretera que conecta el Guixaró con Viladomiu Nou, inauguró una nueva escuela y llegó la electricidad y el agua potable (1935). Entre 1950 y 1960, al Guixaró llegaron a vivir unas 400 personas. A finales de los ochenta, cerró la fábrica, aunque hoy vuelve a acoger actividad industrial, y la mayoría de habitantes de la colonia -sólo residen una quarantena- lo abandonaron.

Se sale a la carretera C-16z, que se toma a la izquierda (S). Enseguida, habiendo cruzado un torrente por un puente, hay que dejarla y descender a la derecha (O) por un camino de tierra que, tras un pronunciado giro a la derecha (E), sigue el curso del río en dirección S hasta la colonia de Cal Prat. Bastida también a finales del s. XIX, muchos de los trabajadores de su fábrica provenían de la vecina población de Puig-reig, aunque, poco a poco, también se fue dotando de servicios, equipamientos diversos y de apeadero propio del tren Manresa-Berga desde 1885. A diferencia del resto de colonias textiles bergadanas, donde gran parte de los trabajadores provenían del mundo rural, en Cal Prat la mayoría eran habitantes de Puig-reig u obreros de otras fábricas. En los años noventa del siglo pasado, la fábrica no funcionó más. Se cruza la C-16 por debajo y se sigue por un accidentado camino (si se va en bicicleta, es recomendable tomar la pista de la derecha hasta salir a la carretera que, en dirección S, entra en Puig-reig). Junto al puente de Periques, se llega a la carretera local BV-4406, que se sigue a la derecha (SO). Enseguida, hay que abandonarla y seguir por una pista a la izquierda (S) que bordea Cal Casas -otra antigua colonia textil junto a Puig-reig nacida a finales del s. XIX que cerró en 1968- y sigue la Ruta de las Fuentes discurriendo cerca del río y entre huertos por debajo del pueblo, que contemplamos elevado sobre una colina a la derecha (O), hasta salir a Cal Pons, al extremo S de la población. Entorno sombrío y con una espesa vegetación de ribera. Si se va en bicicleta, en la bifurcación anterior (junto a Cal Casas), hay que dejar las señales del PR, entrar en Puig-reig por la calle del Llobregat (C-1411) hasta la plaza de la Creu y continuar por las calles de Verdaguer, de Cal Biel y de la Subida del Parque hasta la iglesia de la colonia Pons.
Colonia Cal Pons
Colonia Cal Marçal

LAS COLONIAS DE CAN PONÇ, CAL MARÇAL, CAL VIDAL Y CAL RIERA

Cal Pons es una de las colonias industriales más interesantes de Cataluña a nivel urbanístico y arquitectónico. La fábrica se inauguró en 1880 y pronto se empezaron a construir las viviendas de los trabajadores. Los edificios más emblemáticos de la colonia son la iglesia de Sant Josep (1887), de estilo neogótico, llamada la Catedral de l’Alt Llobregat por sus grandes dimensiones, y las dos torres de los dueños, rodeadas por un magnífico jardín y construidas entre 1885 y 1897. Una particularidad de esta colonia era que estaba rodeada por una muralla de unos 2 m de altura que contaba con tres portales y dos puertas. Cal Pons, que se mantuvo a pleno rendimiento hasta los años sesenta del siglo pasado, decayó más adelante, especialmente en la década de los ochenta, y la fábrica cerró en 1992. Se puede visitar el Centro de Interpretación de la Iglesia de la Colonia Pons y pernoctar en el Albergue Cal Pons, que, por la distancia y el alojamiento disponible, es el punto ideal para dividir este mapa en dos etapas. La próxima colonia que encontramos es Cal Marçal, la fábrica de la cual fue construida en 1886 y ampliada en 1929, momento en que mejoró la producción. Después de la guerra, la colonia no volvió a crecer hasta la década de los cincuenta, época en que se construyeron nuevas viviendas, más servicios y la iglesia. Con los años, la fábrica se especializó en la producción de sábanas y toallas, pero la crisis del sector de los años ochenta acabó provocando su cierre en 1989. Sin embargo, en la actualidad es una de las fábricas más bien conservadas de las antiguas colonias del Berguedà y, además, afortunadamente, varias empresas pequeñas le vuelven a dar vida. Una peculiaridad de Cal Marçal, que acoge una población regular de casi 300 habitantes, es que no cuenta con edificios diferenciados según la escala social de los residentes.
Colonia Cal Vidal
Colonia Cal Riera
Se cruza por debajo de la C-16 y se sale a una carretera local, que se toma de subida a la derecha (SE) para dejarla enseguida rompiendo también a mano derecha por un sendero que se adentra en el bosque (si se va en bicicleta, es mejor no abandonar el asfalto y retomar el PR más adelante). En la otra orilla del Llobregat, se contempla Cal Vidal (un desvío a la derecha permite acceder). Con una esclusa de 17 m de altura (la más alta de la zona), la fábrica empezó a funcionar en 1901. A diferencia del resto de colonias vecinas, las viviendas, los servicios y los equipamientos quedan lejos de la fábrica y del río dando una mayor calidad de vida y mejores condiciones a sus trabajadores (llegó a tener 600), que se ahorraban los ruidos de los telares y la humedad fluvial. Casi durante todo el s. XX, se dedicó a la fabricación de sábanas y la tapicería de algodón. Sin embargo, Cal Vidal, que fue la última colonia en aparecer en el Berguedà, también cerró la fábrica prematuramente (1980), momento a partir del cual perdió población progresivamente. Desde el año 1995, alberga un magnífico museo que muestra cómo se vivía y trabajaba en una colonia textil catalana de principios del s. XX (se realizan visitas concertadas que muestran la fábrica, la sala de los telares, la turbina, la máquina de vapor, la esclusa, las viviendas, las tiendas, la escuela, la biblioteca …). Además, su labor divulgativa a alumnos de escuelas y de universidades contribuye a proteger del olvido y difundir este patrimonio industrial a las futuras generaciones. Después encontramos Cal Riera (podemos acceder desde la palanca que cruza el río), colonia de tamaño modesto dedicada a los hilados y tejidos de algodón la fábrica de la que arrancó en 1895 y duró hasta el 1982. En la posguerra, sobre todo durante los años cincuenta y sesenta, y hasta que cerró puertas a los setenta, fue una de las colonias berguedanas que recibió más inmigración española, sobre todo de Andalucía, Extremadura, Murcia y Castilla. La fábrica aún mantiene actividad.
Fábrica téxtil Serra Feliu en la Ametlla de Merola
La pequeña iglésia románica de Sant Esteve se encuentra a medio camino de Navàs a Balsareny (© Carles Claraco)

LA AMETLLA DE MEROLA, NAVÀS Y BALSARENY

Se cruza el torrente de Merlès y, a través de una esplendorosa vegetación de ribera, se accede a la Ametlla de Merola. La construcción de la fábrica de esta colonia se inició en 1864 y en 1878 ya contaba con 500 trabajadores y 90 viviendas. La colonia siguió viva hasta los años sesenta, cuando los primeros indicios de la ralentización del sector textil se pasó, 20 años después, a finales de la década de los ochenta, a su crisis definitiva. Sin embargo, la fábrica estuvo en funcionamiento hasta el año 1998 y, hoy, todavía se trabaja. Actualmente, la Ametlla de Merola es una colonia con aspecto de pueblo formada mayoritariamente por casas blancas adosadas de dos plantas donde viven alrededor de 300 habitantes que mantienen un fuerte sentimiento de identidad. Se prosigue el trayecto y se entra en el pueblo de Navàs y, de rebote, en la comarca del Bages. Se toma el paseo de la Circunvalación a la izquierda (SE), luego un desvío a la derecha hasta la fábrica de Can Forcades y se continúa por una pista en dirección a Can Rata. Más allá, se atraviesa la sierra del Lledó hasta la colonia Soldevila o de Sant Esteve. Su fábrica se puso en funcionamiento en 1897 y, en 1950, trabajaban 650 personas. La crisis del sector del textil también afectó con fuerza la colonia hasta que, finalmente, la fábrica tuvo que cerrar en 1993, aunque en la actualidad vuelve a haber actividad.

Al S de la colonia, se pasa cerca de la pequeña iglesia románica de Sant Esteve y enseguida se resigue de nuevo el Llobregat por su orilla oeste hasta llegar a la Rabeia, la última colonia de la ruta y una de las cuatro que se construyeron dentro del término de Balsareny en las últimas décadas del s. XIX. La fábrica arrancó máquinas el año 1880 y permaneció activa hasta 1993, es decir, más de un siglo. Más abajo, se vislumbra delante (SO), situada en lo alto de una colina, el bien conservado castillo de Balsareny, de aspecto rectangular. La construcción actual se construyó en el s. XIV y es de estilo gótico civil catalán. Se accede a la esclusa de los Manresans, punto inicial de la acequia de Manresa, que se sigue a mediodía. Esta antigua canalización de origen medieval, operativa aún hoy en día, se construyó en el s. XIV para llevar el agua del Llobregat de Balsareny a la ciudad de Manresa. Son 26 km de canal que cuenta con 31 acueductos y un desnivel de bajada de tan sólo 10 m, es decir, una magnífica obra de ingeniería para la época. Finalmente, nos desviamos a la derecha (SO) por una pista que remonta en dirección a Balsareny. Coincidimos con el antiguo trazado del ferrocarril que unía Manresa con Guardiola de Berguedà y, después de cruzar un puente, llegamos a la población, donde, delante del CEIP Guillem de Balsareny, concluye la travesía.
Delta del Llobregat

FICHA TÉCNICA DE LA RUTA

PUNTO DE PARTIDA: se sale desde el aparcamiento de la Vía Verde que lleva a Pedret, junto a la fábrica de la colonia Rosal (se accede desde Berga tomando a mediodía la carretera C-16z): hay un poste indicador y un panel informativo del PR C-144.
MEDIO DE LOCOMOCIÓN: a pie o en BTT
HORARIO: 8 h 30 min a pie y 3 h en BTT
DESNIVEL POSITIVO: 480 m
DESNIVEL NEGATIVO: 650 m
DISTANCIA: 31,65 km de recorrido marcado (sin contar las visitas a la Torre del Amo y la iglesia de Cal Pons ni las variantes en BTT).
DIFICULTAD: alta (tanto a pie como en BTT); media si se divide la travesía en dos etapas. El recorrido está íntegramente señalizado con postes indicadores, estacas y las marcas de pintura de color blanco y amarillo del PR C-144.

CARLES CLARACO

Nacido en Barcelona, es licenciado en Ciencias de la Información, trabaja en la confección de rutas de Turismo de Cataluña. Ha realizado travesías por Cataluña, los Pirineos, los Dolomitas, los Cárpatos y las Azores, de las que ha publicado reportajes en diferentes revistas de montaña y viajes. Vive en Sant Cugat del Vallès y es socio del Club Excursionista Madteam.
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