Woman’sBack es un proyecto de vida, que comenzó después de superar el cáncer. ¿Cómo recuerdas ese momento?
Era noviembre de 2015 y entonces el mundo se detiene. Te das cuenta que ahora la prioridad es superar esto, pero la sensación es que el mundo se detiene. Con 47 años no te lo esperas. Pero piensas que has tenido suerte porque es un tipo de cáncer muy estudiado y que hay tratamientos que funcionan. Dentro de la gravedad, aunque pienso que tengo suerte y que tengo posibilidades de supervivencia. Piensas que puede ir bien y te aferras a ello. Piensas que ahora tienes que hacer lo que te digan y salir adelante.
¿Cómo fue todo?
Me operaron el día de Reyes de 2016. Un mes más tarde empecé con la quimioterapia. En total seis meses. Te vas debilitando y te encuentras mal. Estás en modo de supervivencia, pero vas aguantando y llevando adelante sin pensar demasiado. Todavía estoy en un tratamiento que debe durar 5 años, y ya voy por el tercero. De momento va bien. Tengo hormigueo en los pies, tengo que trabajar el cuidado del brazo, por el tema del linfedema. Es parte de los efectos secundarios.
Y llega un día que te quieres ir de excursión, pero no puedes llevar una mochila normal.
Cuando sales del hospital te dicen que toda la zona operada, y también el brazo, lo tienes que proteger de cualquier peso o presión. No puedes llevar ropa ceñida ni tampoco añadir peso. Por tanto, no puedes ponerte una mochila, al menos si no está adaptada, pero me doy cuenta que no hay ninguna, de adaptada. Medio sorprendida y medio indignada, me pregunto cómo puedes ser que con la cantidad de mujeres que han tenido cáncer de mama no haya en el mercado una mochila adaptada, para ser autónoma, como antes. ¡No puede ser, no puede ser! Yo, que ya he creado varias empresas y que tengo proyectos en marcha, ahora me tengo que poner en esto.
¿A qué te dedicas profesionalmente?
Asesoro empresas sobre cómo pueden mejorar sus impactos con derechos humanos y responsabilidad social.
¿Cuándo decides hacerte una mochila adaptada?
Un verano hago una excursión con la familia y unos amigos. Me llevo una mochila normal, pero no me va bien y trato de adaptarla con unas presillas, unas cintas y unos cordeles, para no llevar peso en el hombro.
¿Cómo pasaste del proyecto al hecho de fabricar mochilas adaptadas?
Empecé a hacer dibujos y me presenté al Concurso de innovación de Campo Base. Gané el segundo premio y eso me hizo pensar que tenía posibilidades. La gente del jurado me animó y pensé que era importante hacerlo y que sería una buena aportación. Tengo la idea de cómo puedo hacerlo. Entonces busco un fabricante de mochilas que me pueda ayudar.