LA VUELTA A LA TINENÇA DE BENIFASSÀ

LA ESQUISITEZ DEL BAIX MAESTRAT

Crónica escrita por IGNASI PLANAS DE MARTÍ y publicada en la revista MUNTANYA número 898
Un circuito de montaña que recorre en tres jornadas las villas de esta región solitaria del norte del Baix Maestrat. El primer día subimos a Fredes y, por el Tossal dels Tres Reis llegamos al Boixar. El segundo día pasamos por Coratxà y Castell de Cabres, para terminar en Vallibona. La última jornada nos acerca a la Pobla de Benifassà y al Ballestar.
La Tinença de Benifassà es una región ignota para la mayoría de caminantes y amantes de la naturaleza. Arrinconada más allá de las abruptas montañas del Port, dispone todavía de algunos rincones arbolados y de profundos barrancos. Hacia poniente y en los confines septentrionales se amplifica en lomas extensas y colinas calcáreas, de vegetación rasa donde abundan los bancales de hierba, los caminos ganaderos y las grandes masías. Son tierras altas, frías y de amplios horizontes, que se hermanan con los paisajes morellanos y del Alt Maestrat.
Fredes, pueblo del municipio de la Pobla de Benifassà, situado en el centro del pequeño altiplano de la hoya de Fredes (© Josep Lorman)
Este territorio adusto también refleja una evidente gradación climática: la parte baja y próxima al río Sénia, donde está la Pobla de Benifassà, el Bellestar y el monasterio de Benifassà tiene una luminosidad mediterránea y encontramos pinares de pino blanco y cultivos de almendros. A medida que nos adentramos y ganamos altitud, abarcamos las mesetas abanicadas y las conjuntos ardidos, donde se recortan nítidamente los márgenes infinitos de piedra seca y las sinuosidades ajustadas de los viejos caminos pecuarios. Todavía quedan manchas arboladas de encinas, pinos negrales y albares, y de robles escasos. Es terreno de los grandes y solitarias masias, casi todos polvorientos, y de los pueblos más elevados del País Valencià: Bel, Fredes, Boixar, Coratxà y Castell de Cabres.

Junto a las tierras de la Tinença está el término de Vallibona, con la pintoresca población ajustada en el fondo valle del río Cervol. Una parte de todo este vasto territorio se incluye dentro del parque natural de la Tinença de Benifassà y otras figuras de protección de la naturaleza. La totalidad de superficie de los términos municipales sobrepasa los 300 km2. La densidad de población es ínfima y ni tal sólo alcanza 1 hab/km2.
 

LA VUELTA A LA TINENÇA DE BENIFASSÀ

La vuelta a la Tinença de Benifassà es un completo circuito que recorre en tres jornadas toda esta magnífica comarca montañosa, utilizando la densa red de caminos señalizados y otros de arreglados últimamente por los servicios del parque natural. Se aprovechan los pueblos para pasar la noche y también para hacer la comida del mediodía, así podremos caminar con más comodidad y al mismo tiempo disfrutar de la gastronomía autóctona. El inicio y final del recorrido es en el embalse de Ulldecona. El primer día se sube a Fredes y por el Tossal dels Tres Reis se llega al Boixar. El segundo día se pasa por Coratxà y Castell de Cabres y se finaliza en Vallibona. Finalmente, la última jornada nos acerca a la Pobla de Benifassà y el Bellestar. Sólo queda fuera del circuito el pequeño mas de Bel: aunque se vislumbra cercano, queda más alejado de nuestro itinerario. En conjunto habremos hecho unos 80 km de camino, 2.000 m de subida, y un total de 21,5 h de marcha efectiva.

PRIMERA ETAPA

DEL EMBALSE DE ULLDECONA AL BOIXAR,
POR FREDES Y EL TOSSAL DELS TRES REIS

Tiempo de camino: 7 h 30 min
Desnivel: +1.000 m
· Embassament d’Ulldecona (477 m)
· Mas d’Abella (530 m): 0:35 h
· Portell de l’Infern (964 m): 1:15 h
· Fredes (1.095 m): 0:50 h
· Pinar Pla (1.164 m): 0:50 h
· Tossal dels Tres Reis (1.351 m): 0:25 h
· Serra Pelada (1.333 m): 0:25 h
· Mas Blanc (1.186 m): 0:45 h
· Mas de l’Hostalet (980 m): 0:45 h
· El Boixar (1.089 m): 0:45 h

EL PORTELL DE L’INFERN Y EL TOSSAL DELS TRES REIS: DE LOS ACANTILADOS CALCÁREOS A LAS LOMAS ELEVADAS

Se sale del embalse de Ulldecona por la carretera de tierra de los Magraners que, hacia el norte, sigue a cierta altura la orilla de este pantano. Las aguas quietas y azuladas reflejan los contornos de las montañas que la rodean. En el trasfondo, por encima de los relieves rotos del barranco de la Fou, está la cresta emboscada del Negrell, una de las cimas más elevadas del macizo del Port. Este apacible paisaje nos acompaña hasta decantarnos por el camino que asciende a la próxima masia de Abella, menuda edificación blanqueada y emplazada en las repisas de los riscos. Las señales del PR CV-75.1 se encuentran muy desdibujados. Enfilamos la vieja senda transitada que conserva pedazos cuidadosamente empedrados. Giramos por el risco y penetramos en un hondonada escondida. Mudamos de dirección para meternos hacia dentro del pinar majestuoso donde destacan algunos grandes ejemplares de pinos negrales. Subimos decididamente a encontrar el paso que hay en las rocas resquebrajadas que da nombre al portillo del Infern.

Nos encontramos en un singular paraje donde los acantilados calcáreos forman grutas y roquedales aislados. El sendero circula aferrado a la roca en un tramo sumamente sugestivo. Un promontorio avanzado nos permite captar a vuelo de pájaro de una espectacular perspectiva de la barrancada salvaje del Salt. Continuamos la ascensión y pasamos junto a las ruinas del maset del Pixon, con una bella era circular.
Transponemos la cresta y bajamos entre bosque a la hoya de Fredes. Las casas acurrucadas a la aldea se separan solitarias entre los bancales de pastoreo y las manchas emboscadas. En el pico de invierno son muy frecuentes las bajas temperaturas y la nieve. La etimología del topónimo nos señala esta crudeza climática. Según el filólogo Joan Coromines, Fredes proviene del latín frígida, en relación a la dispersión de lujo o ‘villas frígidas’ que hay en este elevado territorio. A partir de Fredes nos adentramos por comarcas esquivas y solitarias, totalmente despobladas.

Seguimos las trazas del GR 7 en dirección al pinar Pla. El camino transcurre muy atractivo entre márgenes de piedra seca y, más allá, bajo la sombra protectora del carrascal. La mirada se pierde hacia la hondonada del Salt y la cumbre de la colina de Cervera, debajo del cual aparece, empequeñecido por la distancia, el mas del Peraire. En el pinar Pla abandonamos el GR 7 y, cruzando la carretera forestal, bajamos por los bancalets hasta el destartalado edificio del Mas del Río de Fredes. Por detrás, tomamos hacia la izquierda el camino ancho que a continuación bifurca. El ramal de la izquierda nos acerca arriba del Tossal dels Tres Reis.

Arriba del Tossal dels Tres Reis, a 1.351 m, se reúnen Aragón, Cataluña y Valencia, en medio de un extensa comarca montañosa donde se habla la misma lengua y con unos rasgos culturales comunes. Un mojón trifinio deja constancia. La panorámica que se otea es circular. La mirada se pierde por montañoso escabroso del Port hasta sus confines levantinos donde destaca la cima del Caro. A Poniente, los bosques son más esporádicos y dejan paso a las lomas con hierba y los cerros rocosos de la Tinença. El más cercano es el cerro de Canadé que con sus 1.393 m representa la máxima altitud de la región. A sus pies, queda escondido el mas Blanc hacia dónde nos debemos dirigir. Al norte se nos abre infinita la llanura del Bajo Aragón por donde campan una serie de pueblos.
Pantà d'Ulldecona, escenari de l'inici i final de la volta a la Tinença de Benifassà (© Josep Lorman)

LOS RELLANOS DEL MAS BLANC Y LA DEPRESIÓN DEL BOIXAR:
MASÍAS RUINOSAS Y SOLITARIAS

Seguimos la cumbre de la colina de los Tres Reis hacia el oeste y llegamos el ancho camino que por la derecha lleva a Sant Miguel d’Espinalbar. En dirección contraria bajamos suavemente, abandonamos el desvío vallado del mas de Fontsanta y antes de un recodo pronunciado, aprovechamos un atajo que por la derecha y por encima la pista, conecta con un cresta rocosa. Lo seguimos por un débil sendero que nos deja en unos bancales emboscados. Entonces, sin perder altura, vamos en dirección norte hasta llegar a la pista del Mas Blanc, cerca de un charco de agua y de la cota 1.333 m de la sierra Pelada.

Seguimos la pista de la sierra Pelada descendiendo por la larga loma desarbolada, coloreada en primavera por una multitud de flores y plantas aromáticas. A lo lejos se vislumbra el pueblo de El Boixar. Hacemos hacia la ancha collada recortada por hileras de márgenes que ordenan los antiguos bancales del Mas Blanc. Aquí abandonamos la pista que por el collado de la Barraca y el tossal del Hereu llega al pueblo de Pena-roja. Utilizamos el camino viejo para ir al pozo de agua del mas Blanc, construido en un margen y, cruzando la coma, llegamos a los edificios del grandioso mas Blanc.

El mas Blanc es seguramente el mejor ejemplo del patrimonio arquitectónico rural de toda la Tinença de Benifassà, a pesar de su penoso estado de abandono. Los edificios forman una hilera de casas de estructura heterogénea, encarados al sur. Una explanada cubierta de hierba con otras edificaciones medio derruidas completan este singular conjunto arquitectónico, emplazado en un lugar solitario y sumamente sugestivo. Continuamos por la loma en dirección sur y encontramos un colada que acaba perdiéndose. Unos hitos nos ayudan a bajar, primero en zigzag y luego en diagonal, por un sendero rápido hasta cruzar el barranco de Les Comes.

Por la otra vertiente transita una pista y el PR CV-75 12 que proviene de Fredes. Lo seguimos en subida y saltamos al surco del barranco de la Canal, que es la cabecera del río de los Prats. Antes del corral de Andreu, dejamos la pista y bajamos fuerte hasta por otra pista justo en el punto donde hay una valla que impide el paso de los vehículos. Abandonamos el PR y traspasamos la valla. Estamos en el cauce ancho y seco del barranco. El camino que lo recorre hacia arriba nos lleva al Mas del Hostalet y, un poco más allá, a la conexión con el GR 7. Entre bancales de hierba y algunos cultivos, el ancho camino nos acerca al Boixar. Por la fuente y el lavadero del pueblo se alcanzan la parte baja de la población. El Boixar es un pueblo acogedor, formado por callejuelas paralelas que ocupan la vertiente soleada de una colina. Casi en lo alto está la iglesia de proporciones considerables, con un corpulento campanario.

SEGUNDA ETAPA

DEL BOIXAR A VALLIBONA, POR CORATXÀ Y CASTELL DE CABRES

Tiempo de camino: 7 h 30 min
Desnivel: +5.000 m
· Coratxà (1.235 m): 1:10 h
· La Puntassa (1.345 m): 0:45 h
· Font de Catxo (1.230 m): 0:50 h
· Sant Cristòfol (1.252 m): 0:35 h
· Riu Escalona (960 m): 0:50 h
· Castell de Cabres (1.129 m): 0:40 h
· Mas de Boix (1.110 m): 0:45 h
· Mas de Cardona (960 m): 0:20 h
· Ullals de la Gatellera (770 m): 1:00 h
· Vallibona (683 m): 0:45 h

CORATXÀ Y CASTELL DE CABRES, POR SENDAS Y MESETAS ABANICADAS

Salimos del Boixar por la parte alta donde hay un poste indicador del sendero PR CV-75 11 que conduce a Coratxà. Cruzamos la carretera y hacemos un largo trozo de sendero, metidos en el barranco sombrío. Menudean los bojes, restos de los bojedales que dieron nombre al pueblo y que según Pascual Madoz, en su diccionario de mediados del siglo XIX, se encontraban en el NO de la población. Ascendemos hacia la sierra de las Albades.

Atravesamos el asfalto por segunda vez y planeamos por los altos de la sierra entre noveles plantaciones forestales. Después, bajamos hasta la hondonada de la Ballestera, teniendo frente una bella perspectiva de la encumbrada aldea de Coratxà. Por última vez cruzamos la carretera y ascendemos derechamente por un colada herbosa hasta esta pequeña población. La sombra de un gran tilo y la próxima fuente, nos invitan a descansar en un banco de la plaza.

Nos acercamos a la iglesia de Sant Jaume, aislada sobre una colina entre praderas verdeantes, y dominando el vasto territorio de la Tinença. En la cima del lado está el peiró (o pigra) de Sant Jaume. Según Joan Coromines, Coratxà proviene del árabe quracâni, palabra alusiva a dos Coratxà (corazas), fortificaciones o murallas protectoras que coronaban los dos cerros gemelos.
El camino pasa a tocar de la iglesia de Coratxà (©Josep Lorman)
Bajamos por el otro costero al encuentro de un atajo que nos lleva a continuación a la ancha pista por donde pasa el PRCV-75 8 y la ruta de la Rogativa Vallibona – Pena-roja. La cruzamos en perpendicular y remontamos la costa por un destartalada cañada que rodea la cima de la Solana. Por la vaguada arriba sigue un sendero y casi en lo alto enlazamos con una pista cuando estamos muy cercanos a la fuente Freda. La seguimos por la izquierda y nos plantamos arriba del collado asolado donde hay, borde a una pequeña caseta, un enforcadura de caminos: a la derecha hacia Pena-roja, a la izquierda en el cabezal de la mola de Mitjavila. Seguimos este último hasta alcanzar el vértice geodésico de la Puntassa, fantástica miranda encarada en la comarca del Matarraña. Justo por debajo, en un rincón fresco y rodeada de despeñaderos, está la cueva de la Puntassa.

Retrocedemos sin llegar a la bifurcación antes mencionada y nos desviamos por unas roderas que recorren la mola de Mitjavila, en dirección SO. Pasamos rozando la boca de la sima del Ase. En su interior, encontraremos estalagmitas y agujeros que nos sorprenderán gratamente. Continuamos por la loma disfrutando de excelentes panorámicas, hasta que el camino se desdibuja y se pierde, momento en que nos decantaremos a la izquierda para bajar por el fondo del pequeño valle abancalado donde está el maset del Cinto. Después de todo llegamos a la confluencia de la pista de la mola de Mitjavila con la del PR CV-75 8.

Para esta última ruta, hacia Poniente, vamos siguiendo la plana y en breve ascenso encontramos la fuente del Catxo. Hacemos una lazada para conseguir la larga loma de la sierra de Sant Cristòfol. Continuamos por el camino que la recorre de punta a punta, disfrutando en todo momento de vistas soberbias. Por debajo y muy próximo está el solitario corral de Vilalta, en medio de un hoyo herbado, cerrado por acantilados calcáreos. Finalmente llegamos al extremo occidental de la sierra donde se aferran desamparadas las ruinas de la ermita de Sant Cristòfol. Se otea próximo el pueblo de Herbeset y más allá, las montañas de los puertos de Morella.

Retrocedemos un poco para encontrar el paso de bajada al mas de Vilalta, señalado con un gran hito y un poste indicador. La senda pierde altura velozmente por un grado y luego dentro del carrascal, hasta dejarnos cercanos al magnífico mas de Vilalta. Los edificios polvorientos se encuentran emplazados en un lugar cautivador, son de una arquitectura armónica y de una sobriedad imponente.

Volvemos al PR V-75 8 y flanqueamos en diagonal la ladera por bancales abandonados. No tardamos en bajar por un bonito grado rocoso. Dentro del bosque sombrío, abarcamos la pista poco transitada que nos llevará hasta Lo Maset, todo desterrando el PR que sigue recto hacia Castell de Cabres. Sublevando la vertiente, nos plantamos en Lo Maset. Puestos ante su fachada, nos damos cuenta de la fisonomía humilde de este edificio perdido en los confines más recónditos de la Tinença. De estructura poco sobresaliente, destaca un bello balcón amaderado. El bosque y los acantilados rodean el edificio solitario. De la parte delantera de la casa nace la vieja senda que baja hasta el lecho mismo del río Escalona. Enfrente destaca una esbelta punta caliza. Es un lugar agradable y fresco, con las aguas del arroyo que forman pequeños charcos.

Cruzamos el cauce y conectamos con el inicio del sendero que monta hacia Castell de Cabres por el ahondado y emboscado barranco de la Saltadora. El recorrido es muy atractivo, circulando entre las rocas y el arbolado frondoso que crece en este hondonada. Arriba reunimos la senda principal por donde transita el PR que hemos dejado después del mas de Vilalta. Encontramos aún trozos que conservan el empedrado original. En lo alto nos plantamos en el collado de detrás de la colina de Castell de Cabres. A continuación llegamos a esta población, construida en las mesetas más occidentales de la Tinença.

EL BARRANCO DE LA GATELLERA Y VALLIBONA, EL PUEBLO ACURRUCADO BAJO LOS RISCOS

Salimos de Castell de Cabres paralelos a la carretera, por el camino que baja hacia levante por la comalada. Encontramos unos pinos negrales excepcionales, los pinos de la Coveta, con un hermoso ramaje. En la confluencia de barrancos, dejamos el PR y seguimos el camino en dirección sur. Cruzamos la carretera y en perpendicular enfilamos la ancha ruta arreglada que lleva a Vallibona. Atravesamos el ordenado bosque público del Boveral. Después de un corto tramo cementado, logramos en subida el collado donde hay una trifurcación de itinerarios. Tomamos el desvío de la izquierda que rodea el cerro y nos lleva a la explanada del Mas de Boix, donde hay un excelente mirador encarado a los barrancos que se asoman a la inmenso valle del río Cervol. Las montañas del horizonte forman la extensa sierra de Turmell.

Pasamos a ras de los edificios desordenados del Mas de Boix y por unos peldaños bajamos al reguero de la fuente. Llegamos al ancho camino que baja por el carrascal que cubre completamente la hondonada. En la próxima bifurcación tomamos el ramal de la derecha y pronto subimos un sendero que baja hasta la era aislada y la ruinas del mas de Cardona. Los hitos nos ayudan a encontrar el paso de bajada que nos lleva al fondo mismo del barranco. En este punto obviamos la senda más transitada y seguimos por el borde del cauce del barranco. Salvamos una corta garganta y en diagonal conectamos con el GR 7 que transita por el fondo del espléndido y salvaje barranco de la Gatellera.

Aguas abajo el sendero se adentra en el pinar sombrío. Sin embargo, la traza no tarda en diluirse en el guijarral del cauce del barranco que hace más penosa la marcha. El lugar es agreste y escabroso en extremo, los estrechos de la Gatellera forman unas gargantas sinuosas muy atractivas y espectaculares. Luego, llegamos a los rodales más humanizados del mas Bordet. Encima, disimulado, está el mas de la Gatellera. Más allá de los bancales encontramos un paso ancho que nos lleva a los colmillos de la Gatellera, nacimiento de agua que se canaliza hasta Vallibona. Enlazamos con la ruta arreglada que baja en largos rodeos de Castell de Cabres. Estamos en el plano riscoso del mas del Grau. La perspectiva del hundida Vallibona detrás de los acantilados que cierran el barranco es soberbia. Continuamos por el camino viejo que baja por un grado y ahorra una lazada de la pista. Por esta ruta asfaltada penetramos en la parte alta del pueblo de Vallibona.

El acopio de casas de Vallibona es muy pintoresco. Sin duda es el pueblo más bonito del recorrido. Sus calles bajan hasta el río Cervol, donde bajo la sombra de la arboleda y muy cerca de las aguas está la fuente Vella. Los edificios se encuentran arreglados y algunos decorados con motivos tradicionales. La fisonomía del conjunto urbano es diferente de las aldeas de la Tinença, denota un carácter más mediterráneo y un clima menos frío. Precisamente, el topónimo Vallibona es el antónimo de Vallivana que significa ‘valle vacío’, lugar cercano con un llamado santuario que se encuentra en el término de Morella, en la otra vertiente de la sierra de Turmell.
Vista de Villabona, desde el Mas del Grau (© Josep Lorman)

TERCERA ETAPA

DE VALLIBONA A EL EMBALSE DE ULLDECONA,
POR EL MAS DE LES PRUNERES Y LA POBLA DE BENIFASSÀ

Tiemp ode camino: 7 h
Desnivel: +5.000 m
· Estrets de la Gatellera (830 m): 1:00 h
· Mas de Prades (964 m): 0:45 h
· Mas de les Pruneres (960 m): 0:50 h
· La Creu (1.128 m): 0:25 h
· Coll del Xumador (996 m): 0:45 h
· La Pobla de Benifassà (701 m): 0:50 h
· El Bellestar (713 m)
· Els Estrets (600 m): 0:45 h
· Forn de Vidre (500 m): 1:10 h
· Embassament d’Ulldecona (477 m): 0:30 h

LA SENDA DEL MAS DE LES PRUNERES Y DE LA SERRA DE LA CREU

Debemos deshacer el camino siguiendo aguas arriba el barranco de la Gatellera, pasamos por los Estrets y dejamos el sendero del mas de Cardona. Barranco arriba, seguimos las señales del GR 7. El pinar nos acompaña sombreando el camino hasta la vista del mas de Prades, emplazado en lo alto de una loma que nos ofrece una espléndida panorámica del barranco de la Teuleria y la sierra de Turmell. Justo encima del mas, nace disimulada la fantástica senda que enlaza los diferentes masets, ahora todos polvorientos, que se emplazan en la ladera, a media altura de la barrancada. Hasta el mas de las Pruneres transitaremos por uno de los caminos más impresionantes de todo el recorrido. De primero perdemos altura y pasamos bajo unas carrascas monumentales, después flanqueamos por encima el mas de las Saleres y, finalmente, ascendemos hacia el recóndito mas de les Pruneres. Este edificio cautivador queda metido en la cabecera del barranco y debajo la altiva y arisca umbría de la sierra de la Creu.

Más allá del mas de las Pruneres el camino viejo está frondoso y seguimos por los bancales yermos hasta reencontrarlo justo cuando penetra en un bonito y abundante carrascal. Llegamos el PR CV-75 13 y por la cresta que da al gemado valle de la Pobla de Benifassà, lo tomamos en dirección SE. Avanzamos cerca de la loma cumbre hasta plantarnos en el cabezal de la sierra de la Creu. En días claros, se otea una profunda perspectiva que se alarga hacia las montañas del Maestrazgo y de Teruel. Continuamos cresteando hacia levante por un agreste tramo rocoso, disfrutando en todo momento de vistas dilatadas, encarandonos hacia el valle de la Pobla de Benifassà anteriormente encarados hacia el valle del río Cervol y las molas de Bel. En este lado de la solana, tenemos en primer término la emboscado y salvaje barranco de la Borja.
Descendemos por un paso rocoso rodeados de acantilados que le dan un gran atractivo. Pasado un collado, mudamos a la umbría y la senda se hace más amable y menos pedregosa. En el collado del Xumador, un buen lugar para yacer un rato, llegamos al camino de Bel a la Pobla. Continuamos en la misma dirección por la loma hasta al era de Bel donde encontramos la pista de Bel al mas de n’Insa que se vislumbra ladera allá. Bajamos rápidamente cara al norte, primero por un paso ancho y luego por una senda magnífica que va haciendo eses por el bosque de la umbría de la Pobla.

Nos acercamos a la Pobla de Benifassà por bancales de almendros abandonados y seguidamente por el cauce del barranco de Bel. Una vez estamos debajo de las casas, seguimos el barranco de la izquierda y hacemos hacia la fuente de Lluny, donde hay una sombreada área de ocio. La capital de la Tinença se encuentra construida en medio de la extensa depresión circular, rodeada al sur por la sierra de la Creu y al norte por las alturas del Boixar y de Fredes. Los callejones de la Pobla son pintorescos y merecen un tranquilo paseo.

EL VALLE DE LA POBLA DE BENIFASSÀ Y LOS ESTRETS DEL RIU VERD

Otra vez estamos en el barranco de debajo las casas del pueblo para seguir el PR 75 3.1 que nos acercará al pueblo del Bellestar. Entronque con la carretera que no tardaremos en abandonar por un sendero en descenso. Encontramos el desvío que por la izquierda nos llevará en diez minutos al altivo pueblo del Bellestar. Seguimos, sin embargo, por el ramal que baja hasta el cauce del río Verd. Aquí tenemos que desterrar los senderos subidizos y seguir hundidos entre los riscos alterosos que cierran el paso del río. Estamos en los Estrets, otra garganta espectacular que hay que franquear por un guijarral del mismo cauce del río Verd. Luego, encontramos a la izquierda un paso desembrozado que gana un poco de altura y se acerca al acantilado. Aquí abandonamos el ramal que monta al Bellestar y proseguimos río abajo.

El paraje del río Verd es sumamente agreste, el bosque tiene un carácter netamente mediterráneo ya que hemos perdido mucha altura. El camino trillado nos lleva a una pista que circula paralela al cauce del río y que lo cruza un par de vueltas. Remontamos en una lazada para salir un poco más allá en las instalaciones de un centro de recuperación de fauna salvaje, donde antes estaba el horno de Vidre. Estamos en la cola del embalse de Ulldecona. Justo pasadas las últimas edificaciones y antes de subir a la carretera, debemos decantarnos por un sendero arreglado hace poco que circula por la orilla norte del embalse, casi a nivel de las aguas. Disfrutamos de un hermoso espectáculo acuático: las aguas azuladas y de la frondosa vegetación de las laderas se diluyen en la luz sesgada de la tarde. Hacemos hacia un área de recreo, lugar expreso para hacer un buen chapuzón en las aguas tranquilas del embalse. El sendero sigue junto al agua hasta salir al puente y la toma del embalse. Punto y final de esta maravillosa vuelta por la Tinença de Benifassà.

TIEMPO ACONSEJABLE Y DIFICULTAD DE LA RUTA

La primavera es la época más aconsejable, el día es largo y el paisaje verde y florido. También otoño es buen momento. En invierno podemos encontrar nieve; y la niebla y el cierzo pueden dificultar la marcha. Casi todos los caminos por los que transcurre la ruta corresponden a PR, con señales amarillas y blancas; hay tramos del GR 7. Otros caminos están señalizados con hitos de piedra y arreglados por los servicios del parque natural de la Tinença. Sólo son perdedores la colada del Mas Blanc y el paso del Tossal dels Tres Reis en la sierra Pelada, que se hace sin camino.

AGUA Y APROVISIONAMIENTO

Encontraremos fuentes con agua segura en todos los pueblos del recorrido. Otros son pozos o fuentes con agua más incierta, como el pozo del mas Blanc, el río Escalona (bajo el Maset), la fuente del Mas de Boix, los colmillos de la Gatellera y los pozos del mas de les Pruneres. Encontraremos bares restaurantes en todos los pueblos. Sobre todo nos servirán para la comida del segundo y tercer día, los de Castell de Cabres y la Pobla de Benifassà, respectivamente. Tenemos que contar que la comida de la primera jornada la haremos de mochila, ya que Fredes se encuentra muy al comienzo del recorrido.

CARTOGRAFÍA

Mapa y guía excursionista de la Tinença de Benifassà. Escala 1:30.000. Tossal Cartografies, 2017
El mas de les Pruneres queda hundido en la cabecera del barranco (© Josep Lorman)

IGNASI PLANAS DE MARTÍ

Geógrafo que pisa la montaña buscando caminos solitarios y paisajes recónditos. Ha publicado las guías del Alt Gaià y de las Muntanyes de Prades, de otros libros de temática geográfica y artículos en diferentes revistas de montaña.
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