Y, estamos orgullosos de contar con un Embajador de excepción: Alberto Iñurrategi con quien nos hemos identificado por su manera de entender la montaña y el alpinismo de más alto nivel. Alguien que conquista con el silencio, con su manera elegante de moverse en el Himalaya y en el Pirineo. Alberto nos habla sobre la Alta Ruta:
“Aquí, entre valles y cimas, en el entorno fascinante y vertical del Circo de Gavarnie, en la magia del Monte Perdido o en el imponente paisaje del Vignemale, he podido fabricarme o perseguir retos de diferentes tamaños, experiencias a pie, con esquís o escalando, y encontrar la libertad que las obligaciones de mi vida ‘normal’ restringen. Las montañas son un marco de expresión, de búsqueda: cada cual persigue lo suyo… y yo espero dar con una cierta forma de belleza, de paz, sentimientos que entroncan con lo que entiendo es una pasión con mayúsculas, una pasión fabricada a la medida de la Alta Ruta de los Perdidos.“
Todo montañero con experiencia en alta montaña tiene un nuevo reto: la Alta Ruta Clásica, un recorrido que a nadie deja indiferente y que invita durante 6 días y 6 noches de montañas a la desconexión del ruido y la prisa y la reconexión con la naturaleza.
Hay quienes necesitamos cerrar círculos, perdernos para encontrarnos. Necesitamos la belleza, ver correr el agua por la montaña, meter los pies en los ríos, observar la naturaleza y los animales, caminar solos o en compañía. Necesitamos poder recordar que algo fue maravilloso. Y necesitamos un reto.