Alpina es aún hoy en día una empresa familiar con sede en Granollers, donde tienen dos locales: en uno las oficinas y el archivo; y en el otro, el almacén. La editorial pertenece a los descendientes de uno de los cuatro fundadores en 1946, Salvador Llobet, y tiene cuatro trabajadores y una vasta red de colaboradores: biólogos, geógrafos y personas del territorio que hacen trabajo de campo y conocen la toponimia local. «Por mucha información que tengamos, hay que desplazarse: hay fuentes que no sabes si manan, hay que hablar con la gente mayor para saber cómo se llaman, de cada lugar … », defiende Martí. Además, hay que ir de la mano de entidades, parques naturales o consejos comarcales. Aun así, siempre hay quien les avisa de correcciones a hacer, sobre todo de toponimia muy local de sitios o caminos.
«Alpina existe porque complementamos la cartografía oficial, la enriquecemos y la adaptamos para el excursionismo», explica Nadal. Hasta los años 80 la base eran mapas militares, del Servicio Cartográfico del Ejército, y luego llegaron los del Instituto Geográfico Nacional de España y del Institut Cartogràfic de Catalunya. «Alpina dio un salto cualitativo con la incorporación de tecnología a finales de los años noventa. Permite tener más precisión, más claridad y más rapidez a la hora de hacer actualizaciones», dice Martí. Los primeros mapas, los de las cubiertas verde, naranja, roja o marrón, se hacían a mano y las correcciones se añadían con papel vegetal. Mantiene que «la esencia es la misma del 46, aunque los medios de captura de la información son mucho más precisos». En el caso de los parques naturales, sus técnicos son los que tienen la última palabra. También cuando piden no señalar caminos o parajes que conviene preservar. «Escucho a la gente. El equilibrio entre poner o no poner es delicado. ¿Ponemos unas pozas? ¿Lo hacemos o no lo hacemos? Me gusta pensar que la persona que va hasta una librería y compra un mapa es difícil que no sea respectuosa», argumenta.
Martí Nadal no se atreve a contestar si Alpina es líder en España. «No lo sé, pero somos los que tenemos más cartografía de España», responde. Ahora mismo el hit de la editorial, el más vendido, es el mapa de excursiones por Mallorca, dirigido al público alemán. Sólo de la sierra de Tramuntana, Alpina tiene nueve productos. Y la editorial tiene delegación en la isla y edita en seis idiomas: catalán, castellano, francés, inglés, alemán y euskera cuando tocan en el País Vasco. Rebobinando en el tiempo, no hay duda: el más vendido es el mapa de Ordesa. Y descontando el Pirineo (de punta a punta y del derecho y del revés) y el resto de Cataluña, tienen material de «todo lo que tenga interés»: Sierra Nevada, Cabo de Gata, Picos de Europa, islas Canarias. La editorial también editó mapas y guías de Andalucía.