Desde este punto vemos lo que nos queda por bajar, pero sobre todo lo que nos queda por subir para saltar el cresterío que nos separa de nuestro objetivo del día. El primer tramo de descenso siguiendo el GR es suave pero conviene no despistarse porque el camino tiende a ir hacia la derecha, entra en el bosque y se convierte en un tramo muy entretenido que sinuosamente va buscando los escalones de granito entre matas y rododendros para perder altura de manera algo abrupta. No es difícil, pero requiere atención. Finalizado el descenso nos encontramos en la parte alta del valle de la Llosa. Durante la primera etapa de la ruta ya pasamos por la parte baja de este valle cuando pasamos por el Molino del Salt. Ahora, llegados al fondo del valle, cruzamos el río, remontamos unos pocos metros y en un llano despejado encontramos la barraca de Esparvers (2060), que en otros tiempos fue refugio de contrabandistas. Por aquí pasan una variante del GR-11 y el GR-107 que también es conocido como el Camí dels Bons Homes que con un recorrido de 200 km une el santuario de Queralt en Berga con el Castillo de Montsegur en la Arieja; es el camino de los Cátaros cargado de historia y de leyendas.
Nosotros seguimos nuestra ruta que remonta el valle del rio Vallcivera. Cuando llegamos al llano de Vallcivera (2355) nos encontramos con una señal indicadora del GR cerca de los restos de una construcción circular prehistórica. Si desde aquí nos miramos el puerto que hemos de cruzar, veremos que tiene dos cotas destacadas a 2518m i a 2575m, estando esta última más a la derecha y situadas ambas a la izquierda de la Punta Sibaneja. Seguimos el sendero que va a buscar la cota más alta del puerto subiendo en un fuerte zig-zag para superar los doscientos metros de desnivel que nos separan del puerto. El puerto es el límite de la frontera andorrana. A pocos metros ya vemos el Estany de l’Illa, inconfundible por la isla que lo caracteriza en medio de sus aguas. Después de rodearlo unos metros a la izquierda llegamos al refugio (2488). Nuevamente hoy estaremos solos en esta instalación. Se trata de un refugio nuevo construido sobre la base del antiguo que ahora es una parte del refugio libre. Es una instalación muy moderna en la línea de los refugios más modernos de Pirineos o de Alpes. Dispone de una moderna cocina muy espaciosa, un comedor luminoso y acogedor, unas buenas habitaciones, baños y duchas, espacio para guardar el material y una magnífica terraza con vistas al lago y a las montañas que lo rodean que sin duda invita a tomar una buena cerveza disfrutando del panorama. Es uno de los cuatro refugios guardados que hay en Andorra que son el de Juclà, la Borda Sorteny y el de Comapedrosa. Este es sin duda, el más moderno y sorprendente. Ya nos esperaban y disfrutaremos de una buena cena.