ABRUPTA Y SOLITARIA

LA RUTA 7 POBLES DE LA TINENÇA DE BENIFASSÀ

Crónica escrita por ELISEU T. CLIMENT publicada en la revista VÈRTEX núm. 304
Fotografías ELISEU T. CLIMENT
Estamos en Castelló, oficialmente en la comarca del Baix Maestrat. Hace poco más de dos siglos, el botánico valenciano Antoni Josep Cavanilles recorrió a pie la Tinença de Benifassà y la describió con estas palabras: “Ocupa esta lo peor y más septentrional del reino. Colinda por la parte septentrional con Aragón y parte de Cataluña. Su verdadera extensión pasará poco de tres leguas, pero se emplean siete horas en cruzarla por ser frecuentes las cuestas y barrancos. Por todas partes la rodean y la cierran altos montes calizos.”

Joan Fuster también dijo la suya: “Las montañas nos abrumaron. El paraje es francamente agreste y duro, entre alturas que exceden los mil metros. La Tinença está constituida por siete pueblos: la Pobla de Benifassà, el más grande, no llega a 600 habitantes: Castell de Cabres, el Boixar, Bellestar, Coratxà, Bel y Fredes, éste último, con una población inferior a los 100 habitantes.» Este desierto demográfico, es fruto de la compleja orografía que aísla a los pueblos en un rango altimétrico dilatadísimo: mientras que Fredes (1.090 m), el Boixar (1.098), Coratxà (1.220 m) o Castell de Cabres (1.190 m) soportan los rigores climatológicos de la media montaña, Bellestar (715 m) y la Pobla de Benifassà (670 m) perviven abrigados en el fondo del valle. Bel, por su parte, algo apartado y a 953 metros de altitud. Pueblos de la Tinença de Benifassà, que presentamos en estas páginas, pretende hacer descubrir esta comarca histórica.
El abrupto portell de l'Infern abre las puertas a uno de los lugares más impactantes de la Tinença de Benifassà.

EN TIEMPOS DE JAUME I

En el corazón de la Tinença, conocida también como Séptima de Benifassà, por la presencia de las siete localidades citadas, se encuentra el convento de Benifassà, cuyo origen remonta a tiempo de Jaume I. Fundado en 1233 por monjes cistercienses del Monasterio de Poblet, allí hacia 1250 se había convertido ya en uno de los principales conventos valencianos y se había convertido en señor de los siete pueblos y de sus recursos agrícolas y naturales. El convento fue abandonado a raíz de la desamortización de 1835 y posteriormente rescatado de la ruina: hoy habita una pequeña comunidad de monjas cartujanas de clausura que ha permitido que una parte del recinto sea visitable.
Con el paso de los siglos, el aislamiento de la Tinença de Benifassà ha provocado, como hemos apuntado líneas arriba, un irreversible proceso de despoblamiento y el consecuente abandono de campos y cultivos, la pérdida de una forma de vida ancestral, y el olvido de un patrimonio cultural -en especial, de la piedra seca, que tanto abunda aquí- y de la red de caminos históricos. Ante este escenario, y considerando los valores natural, cultural y paisajístico de la Tinença de Benifassà, la Generalitat Valenciana la declaró parque natural el 19 de mayo de 2006.

EN MARCHA

En cifras, la Ruta de los 7 Pobles de la Tinença de Benifassà® se traduce en 70 kilómetros y 4.600 metros positivos que pueden realizarse desde non-stop hasta cinco etapas. La presentamos en cuatro jornadas, porque se trata de una proporción equilibrada y factible. El recorrido es de carácter circular y recomendable en sentido antihorario.

1a ETAPA
EL BOIXAR – CASTELL DE CABRES
Longitud: 14 km
Desnivel positivo: 700 m
El Boixar, y concretamente la Casa-refugio El Boixar, es el punto de inicio del periplo. El pueblo, elevado y expuesto a los vientos, se encuentra a 1.100 metros de altitud. El paisaje ostenta una aridez endémica, donde reina la roca madre y el matorral seco y una meteorología contrastada. Nos despedimos del pueblo por un camino que transcurre paralelo a la carretera. Pronto penetra en un barranco que concentra la humedad local y condensa una apreciable masa forestal, en cuyo extremo encontraremos el llamado pino del Peiró, un ejemplar noble, de copa dilatadísima, en medio de la sierra de las Albardes que separa el Boixar de Coratxà, el pueblo más alto de la Tinença de Benifassà, a 1.235 metros sobre el nivel del mar. Cuando uno se acerca desde el barranco del Avellanar, la imagen en contrapicado de este núcleo no puede ser más estética. Un puñado de curvas en subida constante y desembocamos en las primeras casas. La sobriedad arquitectónica seduce, integrada en un paisaje desnudo de todo artificio, donde la piedra seca es el único atisbo de antropización. La plaza mayor está presidida por la Casa de la Vila, un edificio minúsculo, proporcionado, de paredes encaladas y equipado con los elementos fundamentales para ordenar la vida del lugar: un reloj, una campana y un banco donde dejar pasar las horas. Coratxà ha gozado de una trascendencia histórica incuestionable, por ubicarse en dicho canal de Pavia, un camino ancestral que unía el Mediterráneo con Aragón. Por aquí, además, pasaron algunas romerías, como la que atravesaba estas montañas, desde Vallibona a Penya-roja de Tastavins, en la comarca aragonesa del Matarraña. Parece que el pueblo fue completamente arrasado por Felipe V durante la Guerra de Sucesión (s. XVIII) y, por eso mismo, el único edificio que se conserva anterior a esta fecha es la iglesia de Sant Jaume, de mediados del XIII , medieval (la más antigua del País Valenciano), ligeramente separada del pueblo y con el pequeño cementerio adosado a su extremo norte. Entre Coratxà y Castell de Cabres, la Ruta de los 7 Pobles aprovecha el camino histórico que unía ambas poblaciones: sigue una orografía de relativa suavidad, un sube-baja de colinas indefinidas, con las ruinas de la ermita románica de Sant Cristòfol erigiendo sobre una proa de la sierra homónima. La panorámica que se despliega desde el templo es excepcional: hacia el norte ya nuestros pies, desciende el macizo del Port y el valle del río Tastavins; al sur ya poca distancia, Castell de Cabres, final de esta primera etapa.
La sierra de Sant Cristòfol cierra por el extremo septentrional la Tinença de Benifassà
y se abre como una balconada hacia el sur. El hito, de dimensiones excepcionales, marca el inicio del camino tradicional que une Castell de Cabres con la ermita medieval de Sant Cristòfol.
Desde Ballestar, el camino tradicional penetra sinuosamente en el valle del río de la Sénia.
Estamos casi en la cota más baja del recorrido y cerca de la cola del pantano de Ulldecona
que rodearemos hasta la confluencia con el barranco de la Fou.
2a ETAPA
CASTELL DE CABRES – LA POBLA DE BENIFASSÀ
Longitud: 27 km
Desnivel positivo: 1.500 m
La segunda y tercera etapa representan los puntos fuertes del recorrido en cuanto a exigencia física. Habrá, pues, que madrugar para poder disfrutar, sin prisas, de este territorio.
Iniciamos la jornada encarando un camino con lazadas que no deja tiempo para el calentamiento. La subida es intensa pero breve. En lo alto, hay que girar la vista: nos despedimos del pueblo, que pervive al abrigo de una colina. La piedra seca hace acto de presencia; se manifiesta visiblemente en márgenes, en restos del adoquinado del camino tradicional por donde circulamos, en el vertedero que sirvió para el desplazamiento del rebaño. Vertebra una composición natural desnuda, caliza, áspera. Estamos a una considerable altitud, siempre por encima de los 1.100 metros. La meteorología, en días inclementes, pone aquí lo difícil: no es cuestión de confiarse.
Y es en esta latitud donde se despliega un paisaje de una singular vaguedad, característico de las cotas altas de la Tinença de Benifassà, con alternancia de pequeños planos con colinas poco marcadas. Aquí y allá, masías, testigos de una vida resistente, obstinada, dispersa. Y una toponimia que recuerda el uso que tuvieron el lugar y la gente que los poseyó: pasamos el Boveral, donde debieron pastar rebaños de bueyes, y el Muladar, con una etimología evidente.
A medida que avanza la etapa, la orografía se encrespa: las montañas toman forma con absoluta contundencia, las pendientes se acentúan y el terreno se vuelve intransigente. Nada más perder altura, aparece de nuevo el bosque. En un claro, está la masía de la Borja. En ruinas y de unas dimensiones espectaculares con los distintos edificios que lo componen, preserva el eco de un tiempo pretérito. Desde aquí, nos sumergimos en el barranco del mismo nombre, donde la piedra hace que los kilómetros se ganen con un esfuerzo penitente. En medio de esa geografía solitaria, la sensación de aislamiento es excesiva. A la salida del barranco de la Borja, aparece el acantilado inflexible, otro elemento identitario del paisaje de la Tinença de Benifassà.
Tocamos puntualmente el asfalto para abastecernos en la fuente de la Fou. Se trata de una carretera estrecha, vecinal, que conecta los pueblos de Vallibona y Rossell. La fuente es un punto estratégico para hacer un receso: el tramo final de la etapa reclama una buena dosis de energía para salvar los casi 500 metros que nos separan de Bel. De este pueblo a La Pobla de Benifassà, circulamos por el antiguo camino con un descenso final acusado que acabará de consumirnos las reservas.
 
3a ETAPA
LA POBLA DE BENIFASSÀ – FREDES
Longitud: 27 km
Desnivel positivo: 2.000 m
Una nueva etapa exigente. Con las piernas todavía adormiladas, salvamos de golpe los 350 metros de desnivel que nos separan de la parte superior de la sierra de la Creu. Algunos pensarán que para llegar al Bellestar esta subida es gratuita. Nada más lejos de esto: la cota alta de la sierra conforma un mirador de primer orden sobre el valle que riega el río Verd. Se asientan la Pobla de Benifassà y el Bellestar rodeados de una retícula de campos de secano.
Nos incorporamos al valle del río Verd y fluimos con él. Sus aguas pronto serán embalsadas por el pantano de Ulldecona, que bordearemos por su flanco meridional, hasta el Molino el Abad. La instalación, junto a la carretera, ofrece un restaurante y un tentador hotel de montaña. Remontamos durante dos kilómetros la pista del barranco de la Fou, anegado por el citado embalse. La vía, llana, es transitada, sobre todo durante los fines de semana. Nos fugamos por una secundaria, al final de la cual se inicia el camino que da acceso a uno de los espacios más bellos y con más carácter de la Ruta de los 7 Pobles de la Tinença de Benifassà: el Portell de l’Infern. El nombre lo dice todo: se trata de un paso entre la roca, una rendija magistral que ha permitido tradicionalmente comunicar a Fredes con la llanura y el litoral. Una vez atravesado, penetramos en un universo mineral majestuoso y un punto catedralicio. Pasamos al pie de paredes extraplomadas y abrigos naturales que conservan permanentemente la humedad y la frescura de la tierra. Caminamos suspendidos por encima del barranco de la Tenalla, al que nos sumergiremos por un sendero dentro del bosque que desciende con tramos de fuerte pendiente y algunas lazadas. Al fondo del barranco y en unos minutos llegamos a otro highlight de la ruta: el Salt de Robert. El lugar, cerrado, recogidísimo, alberga una cascada de considerables dimensiones, especialmente si la lluvia ha hecho acto de presencia los días anteriores a nuestro paso. Somos (o al menos es la sensación que tenemos) náufragos en el centro de la Tierra. Ahora, sólo queda salir de nuevo a la superficie. La tarea no será fácil. Un camino remonta decidido hacia Fredes. El bosque está cerrado y húmedo; la luz, tenue, casi una penumbra. Ganamos desnivel a cada paso, con una pendiente que pone a prueba nuestra capacidad pulmonar. Y llegados a la cota superior, la tónica se suaviza. A la salida del bosque, Fredes, en medio de un relativa verdor.
La lámina de agua del pantano de Ulldecona cubre los dos valles principales que nutren el río de la Sénia. Un atalaya, situada sobre el Molí de l'Abad, permite contemplar el espectáculo.
La piedra seca acompaña a todas horas a quien realiza la Ruta de los 7 Pobles de la Tinença de Benifassà. Es un patrimonio a menudo poco valorado, ancestral y declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

EN FAVOR DE LA PIEDRA SECA, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

Uno de los principales elementos identitarios de la Tinença de Benifassà es la piedra seca. Encontraréis refugios de pastor, márgenes y bancales, azagadores, aljibes y otras soluciones constructivas que han definido el paisaje de este territorio. La Ruta de los 7 Pobles de la Tinença de Benifassà visita muestras representativas, rescatándolas del olvido y otorgándoles el valor intrínseco e internacionalmente reconocido por la UNESCO, que incluía en 2018 la piedra seca dentro de su Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial.
4a ETAPA
FREDES – EL BOIXAR
Longitud: 9 km
Desnivel positivo: 400 m
La última etapa es corta pero no por ello menos atractiva. Abandonamos Fredes por un camino que delimitan márgenes de piedra seca de un calizo blanquecino. El plan que preside el pueblo aporta una bondad transitoria a este entorno salvaje. Como un oasis, da respiro entre tanta roca. Lo atravesamos y vamos ganando altitud de forma suave; superamos campos y baldíos, y penetramos de nuevo en el pendiente acusado de la montaña. El camino es precioso, regular, predecible. Antiguo. De una relativa comodidad. El Mas de l’Hostalet nos acoge a la salida del barranco de la Pasqüala. Estamos a un tiro de piedra del Boixar, pero la Ruta de los 7 Pobles de la Tinença de Benifassà no sube la vía más corta, sino que cierra el círculo subiendo al cerro Gros, de nuevo a la sierra de las Albardes que habíamos atravesado en inicio del itinerario. Y, ahora sí, después del esfuerzo final, toca la recompensa: una buena recuperación en la Casa-refugio El Boixar.
La Casa-refugio El Boixar es punto de inicio y final de la Ruta de los 7 Pobles de la Tinença de Benifassar,
y un lugar ideal para planificar las diferentes etapas del recorrido.

ENTREVISTA JOEL GARCIA

Joel Garcia, hijo de la Sénia, es el creador de la Ruta de los 7 Pueblos de la Tenencia de Benifassà®. Además de guía de media montaña, regenta la Casa-refugio El Boixar, desde donde organiza actividades relacionadas con el medio natural, para aportar su granito de arena a la dinamización de la zona. En enero de 2013 lanzó la propuesta senderista que nos ocupa.

«Para los de la Sénia, la Tinença de Benifassà
es la puerta natural a las montañas»

De la Ruta de los 7 Puebles de la Tinença de Benifassà, ¿cuáles son los puntos fuertes que no podemos dejar de contemplar?
De entrada, cada uno de los siete pueblos, así como el patrimonio viario de caminos históricos que los unen y por dónde pasa el recorrido, muchos de ellos todavía empedrados. En cuanto a naturaleza, algunos de los lugares más impresionantes son el Portell de l’Infern, el Salt de Robert, la sierra de la Cruz, o el tramo entre Boixar y Coratxà.

¿La propuesta es guiada o autoguiada?
En un primer momento, la planteé como un recorrido autoguiado, en el que ofrecemos gestión de reservas, tracks y mapa, traslado de equipajes y pack de bienvenida, pero la titulación de guía de media montaña me ha permitido, también, ofrecerla guiada.

La Tinença de Benifassà es una zona poco conocida, todavía, y poco valorada.
Efectivamente, sigue siendo uno de los espacios menos frecuentados y menos masificados. Para los catalanes, la Tinença debe quedar demasiado al sur y para los valencianos, demasiado al norte, aunque el público mayoritario proviene del País Valenciano.

Cuando diseñaste la ruta, ¿porqué tipos de sendero optaste?
El itinerario aprovecha básicamente GR’s y PR’s, porque son homologados y porque forman parte de la red de caminos de la Tinença creada por el Centre Excursionista de Castelló, a partir de una investigación sobre los caminos antiguos. Por tanto, el recorrido aprovecha este trabajo previo y, por su parte, quiere contribuir al mantenimiento de estas vías tradicionales, volviendo a darles uso.
En la Tinença hay una realidad social muy preocupante, en cuanto a despoblamiento.
Sí, es un caso extremo de despoblamiento. En La Pobla de Benifassà, se ha instalado en los últimos años alguna familia, y sin embargo, el censo ronda los 70 habitantes. Por lo que respecta al resto de pueblos es muy triste. Y si no hay escuelas, los pueblos nunca crecerán. Por ejemplo, el Boixar tiene ocho habitantes. Estos pueblos se están convirtiendo en espacios de segunda residencia y turismo rural.

Aparte de la Ruta de los 7 Pobles de la Tinença de Benifassà, creaste la ruta Tres Regnes en BTT. ¿Nacieron simultáneamente?
Fue posterior, pero no mucho más posterior. Tres Regnes en BTT está planteada como un trébol, con el centro en la Casa-refugio El Boixar. Así, puedes elegir si haces uno, dos o tres círculos.

¿Otras creaciones propias?
Lancé, junto con Senda, una agencia de viajes y turismo activo y cultural de Beseit, Un Paseo por los Puertos de Beceite (53 km / 2.300 m+). Se trata de un recorrido senderista que reproduce el itinerario que realizaron un grupo de botánicos a mediados del siglo XIX. El año pasado la alargamos, bautizando el nuevo itinerario Gran Paseo por los Puertos de Beceite, con cuatro etapas (86 km /3.920 m+). La propuesta más reciente es Lo Port en Gravel, un recorrido autoguiado en bicicleta de gravel que atraviesa el macizo del Port.

ELISEU T. CLIMENT

Trabaja como periodista desde 1993. Primero como periodista cultural y medioambiental, para centrarse posteriormente en el periodismo deportivo especializado, aunque mantiene la primera actividad en el semanario EL TEMPS. Es jefe de redacción de la revista TRAIL, dedicada al trail running; ha sido asesor y colaborador de la revista de cultura ciclista VOLATA, y desde 2014 colabora con VÈRTEX, de la que fue su jefe de redacción a principios de los 2000. Ha colaborado, entre otros medios, en DESNIVEL, GRANDES ESPACIOS, ALTAÏR o VIAJAR. Es autor de la guía de trail running COLLSEROLA. 20 ITINERARIS PER A DESCOBRIR-LA (Editorial Alpina) y coautor del mapa-guía CAVALLS DEL VENT, de la misma editorial. Sus deportes son la escalada, correr por montaña, el esquí de montaña en telemark y la bicicleta en diferentes modalidades (carretera, mountain bike, tándem, cicloturismo). Su pasión por la bicicleta desde 1982 le ha llevado a viajar por todas partes: Islandia, Finlandia en invierno, Marruecos, Benin, Cuba … y los principales países y macizos europeos. Para él, el ciclismo es, ante todo, una experiencia geográfica. Es por eso que creó en 2015 la CAT700, una aventura en autosuficiencia que atraviesa Cataluña de Norte a Sur. Ha sido el impulsor de la modalidad de ciclismo de grava en Cataluña, el gravel, como vía de descubrimiento y exploración territorial. En 2013 creó su propia marca de bicicletas a medida, GRAVEL CYCLES, que diseña él mismo.
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