Fruto de este tipo de epifanía es el texto que años después escribió y que hoy podemos leer, «…caminaba y escribía, caminaba y escribía y cuanto más caminaba y cuanto más escribía, más claro veía que no podría explicar la historia de los caminos si no contaba también la historia del caminante y del paisaje que le rodea…». Un largo elogio de los caminos, del acto del caminar, pero sobre todo de encararse a la vida desde el ritmo de ir a pie y desde el horizonte que te permite vislumbrar un simple camino.
ELOGIO DE LOS CAMINOS es un ensayo atípico, nada académico ni formalista, construido desde la vivencia personal, salpimentado con caminatas y excursiones en solitario, amigos o familiares, que han sido fuente de aprendizaje, disfrute y crecimiento personal. El libro es una divagación instintiva y sensitiva sobre el mundo de los caminos y sobre el caminar desde la experiencia vivida, sentida, reflexionada y escrita.